15/12/08

Despacio, despacio

Asegura la teoría de la relatividad de Einstein que conceptos tan -a priori- incuestionables como el espacio o el tiempo, dependen únicamente del estado de movilidad del observador. O, dicho de otra manera, que si alguien cronometra cuánto tarda un objeto en llegar de A a B obtendrá diferentes resultados si se encuentra quieto en un punto o si se desplaza a la velocidad de la luz, mientras realizaba la observación.
A mí -tan poco dotado para interiorizar este tipo de enigmas- me ha venido bien esta teoría para entender cómo se desarrollan las cosas en Córdoba.
Recuerdo que, cuando era pequeño, me abrumaban los plazos que se daban los adultos para completar los proyectos. “-He comprado un coche, y lo he puesto a cinco años”, “-Plantamos el arbolito y, en tres o cuatro años, empezará a dar frutos”, … ¡Cuatro años! Una eternidad. Después, la experiencia te va enseñando que la vida es un tren que nunca para: tú, al nacer, lo tomas en marcha y, algún día, te bajarás. El tiempo se estira, los años pasan rápido, muy rápido… todo se relativiza.
Lo que sigo sin entender, por muchas canas que vaya quitando del peine, es lo relativo que es el tiempo en Córdoba.
Debe de ser, volviendo a Einstein, que el cronometrador cordobés también se desplaza despacio o, simplemente, que no se mueve. En caso contrario, cómo explicar que a nadie le sorprenda lo mucho que se estiran los plazos. Con qué alegría se anuncia la fecha de la colocación de una ‘primera piedra’, se levanta una valla con el anuncio ‘excavación arqueológica’ o se adjudica una ‘redacción de estudio de anteproyecto’. Luego, meses o años después, cuando se entierra el primer sillar, terminan las catas o se hace público el anteproyecto ya nadie recuerda de qué estábamos hablando. Entonces empiezan los plazos, más plazos. Plazos para la licitación, para la contratación, para la ejecución, para la recepción… y todos ellos vencidos -yo más bien diría, derrotados-.
¿Se imaginan que un observador imparcial, posicionado-detenido en el espacio se dedicara a medir cuánto tardan en completarse las obras? Habría muchas sorpresas.

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