17/4/09

Córdoba en mayo

Se acerca mayo y se aleja Córdoba.
Hace ya bastantes años que nuestros mandamases se empeñan en reinventar el calendario. Mientras que en el resto del mundo el año dura 365 días, en Córdoba nos empeñamos en condensar el tiempo en un mes, con nombre de abeja, que se vuelve enorme, espeso, inabarcable...
Como yo soy de los que peinan canas, tengo margen para echar la vista atrás y recordar mis primeros mayos. Y, o tengo poca memoria, o a mí esto me lo han cambiado. Cuando yo era pequeño, el mayo lúdico-festivo empezaba con una visita a una cruz (a ser posible, la del barrio), seguía con un perol en Linares (o en el arroyo Pedroches, si te entraba hambre pronto), y terminaba con la feria: un par de vueltas en los coches de tope, una tajada de coco, una tortilla en la caseta del PCE y un par de porros oyendo un concierto en la caseta de Medicina.
Pero de pronto apareció algún ansioso y se entretuvo en rellenar los días -todos los días- de festejos, pasacalles, eventos, desfiles, conciertos, exposiciones, paseos, pregones, veladas, cabalgatas, visitas, performances y fuegos artificiales.
Un amigo de fuera me dice que el mes de mayo no está diseñado para los cordobeses. Que es como los sanfermines o las fallas, donde sólo disfruta el que viene de lejos. Serán -ya digo- las canas, pero cada vez le doy más la razón.
¿No sería más lógico celebrar la fiesta de los Patios en abril y la cata del vino en septiembre? ¿Por qué hay que programar Cabalcor en mayo? ¿Y el Festival de Blues?
Al final, el 99% de las actividades turístico-culturales-festivas se concentran en un par de meses o tres. Semana Santa, Cosmopoética, Feria del Libro, Mayo, Noche Blanca y Festival de la Guitarra... y luego, el páramo.
Pero, bueno. Nos toca, encima, representar el papel de cordobitas, y presumir de lo bien que nos lo pasamos y de que no sabemos a dónde acudir.
Se acerca mayo y, más de uno, querría alejarse.

No hay comentarios: